Las carreras de camellos en el Medio Oriente: de evento deportivo a acontecimiento cultural

En el Medio Oriente, el camello tiene un protagonismo singular. Durante siglos fue empleado como parte de la familia, pues su leche servía como alimento; algunas familias lo trataban como mascota y también lo usaban como medio de transporte tradicional hasta bien entrada la XX centuria, cuando el boom petrolero de la región propició la introducción del automóvil para acortar distancias y tiempo.

Sin embargo, el camello, conocido también como oveja del desierto, está estrechamente vinculado a una práctica deportiva en esa región, que ha devenido tradición y en la actualidad se ha modernizado, convirtiéndose también en un aspecto inherente de la cultura medio-oriental: las carreras de camellos.

Historia de una tradición milenaria

Los historiadores coinciden en que las carreras de camellos tienen origen en la ancestral cultura de los beduinos, quienes hacían su vida en el desierto, y los camellos formaban parte de su cotidianidad. De ahí que estos animales se asocian con la fortaleza de la supervivencia en la vida nómada, las habilidades para desplazarse y la capacidad para trasladarse largas distancias y soportar el cansancio.

Se dice que esas tribus solían practicar las carreras de camellos desde el siglo VII de la era cristiana para conmemorar festividades especiales como uniones matrimoniales, celebraciones religiosas y el fin de la época de sequía.

Las distancias de las carreras en los primeros tiempos solían ser cortas, de menos de un kilómetro; pero con el tiempo se fueron alargando y hacia el siglo XX, en algunas regiones de la Península Arábiga se recorren hasta ocho kilómetros, sobre todo cuando las competencias tienen lugar en el mismo desierto y no en camellódromos construidos expresamente para ello en los países árabes.

Evolución de las carreras de camellos en la actualidad

Las carreras de camellos en la actualidad se celebran como parte de la preservación de costumbres y prácticas ancestrales en el Medio Oriente. Aunque para muchos es un deporte lucrativo por las apuestas que se hacen al camello preferido y las subastas que tienen lugar para comprar estos animales, otros defienden su naturaleza cultural.

Si bien los camellos pueden ser montados por hombres o mujeres, durante muchos años eran niños los preferidos para participar en las competencias por el bajo peso que aligeraba a los animales mientras corrían. Pero desde los primeros años del siglo XXI los países árabes comenzaron a prohibir la contratación de menores de edad, por las implicaciones que acarreaba desde el punto de vista legal y los reclamos de organismos internacionales como la Unicef.

La solución para suplir la ausencia de un jinete se encontró en la tecnología. Fue el científico qatarí Rahid Ali Ibrahim quien ideó la fabricación de robots se pequeño tamaño para que ocupasen el lugar de los niños. En 2003, Qatar junto a la empresa K-Team, de Suiza, comenzó a trabajar en el primer prototipo que estuvo listo dos años después.

Los científicos debieron perfeccionar el artefacto, pues al principio asustaba a los camellos, quienes intuían que no los montaban verdaderos humanos. Por ello, se les incorporaron aditamentos como gafas, sombreros y la capacidad de desprender un aroma similar al perfume que usan las personas cuando los montan.

De este modo, los dueños de los camellos les acompañan en auto mientras corren por la pista, desde donde pueden operar el robot activando la fusta que lleva incorporada cuando sea necesario, o hablándole para estimularlo o dictarle instrucciones.

Asimismo, los avances en la medicina veterinaria han propiciado conocer a fondo la salud de los camellos que van a competir, definir su rutina de entrenamiento, cuidar mejor de su nutrición y su peso, en aras de optimizar el rendimiento de las razas de estos animales idóneas para la carrera.

Las carreras de camellos no son exclusivas de los países del Medio Oriente. Naciones africanas como Egipto, Kenia y Sudán; asiáticas como India y Mongolia, así como Australia en Oceanía, también tienen incorporada esta práctica como parte de sus tradiciones deportivas.

Sin embargo, en naciones del Medio Oriente las carreras de camellos se preservan como parte de la identidad nacional, a pesar de la espectacularización a que se han sometido en las últimas décadas, como resultado de la globalización a que han sido sometidas muchas formas culturales del mundo árabe.

lalatinaomeyma
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