Día de África, el simbolismo de la lucha continental

Por: Yanela Soler Más

Cada 25 de mayo, el mundo celebra el Día Mundial de África, una fecha dedicada a todo un continente, que marca el inicio de la autonomía de países que, desde fines del siglo XIX, estuvieron bajo el dominio y la explotación de los colonizadores europeos y, una vez emancipados, se propusieron desarrollar a sus poblaciones en todos los ámbitos; pero no podían hacerlo solos: eran necesarias la integración y la cooperación.

Para el año 1963, unos 32 países africanos ya habían logrado su independencia, pero faltaban por liberarse otras naciones del continente, como Angola, Sudáfrica, Rhodesia del Sur (actual Zimbabwe), a las que debían apoyar. Por ello, los líderes de esos estados libres se reunieron el 25 de mayo en Addis Abeba, capital de Etiopía, convocados por el entonces emperador Haile Selassie, y acordaron crear la Organización Unidad Africana (OUA), antesala de la actual Unión Africana (UA).

Un día después se procedió a la rúbrica de un documento donde los líderes participantes, a excepción de Marruecos, se comprometían a trabajar para garantizar mejoras en la calidad de vida de los países miembros, apoyar las luchas por la libertad de las naciones que aún estaban en guerra contra el colonialismo, y cooperar con los estados africanos en las esferas la economía, la política y la sociedad.

Previamente, en 1958, Ghana había sido el escenario del Primer Congreso de los Estados Africanos Independientes, donde se compartieron experiencias de los movimientos de liberación nacional y se ratificó el compromiso con el proceso de liberación del yugo de las colonias europeas. Según los historiadores, el congreso de Ghana sirvió de base para la institución de la OUA, que en 2002 se convirtió en la UA y actualmente cuenta con 55 estados miembros.

Avances y desafíos de un continente

El Día de África es algo más que la celebración de un hecho histórico. La fecha es una invitación a reflexionar en la diversidad de etnias, culturas, lenguas y tradiciones presentes en un continente lleno de riquezas naturales, que durante décadas fue privado de explotarlas en beneficio de su desarrollo y bienestar social.

Sobre la significación histórica del 25 de mayo para los africanos, el Papa Francisco precisó que la fecha «representa el símbolo de lucha de todo el continente por la liberación, el desarrollo y el progreso económico y social, como también por la valoración y la profundización del patrimonio cultural africano».

En ese sentido, en las últimas décadas, África ha sido reconocida por grandes progresos en lo económico, cambiando la percepción ante el mundo de un continente en decadencia a un continente que comienza a florecer y busca posicionarse en el escenario internacional. Naciones como Nigeria, Sudáfrica, Egipto, Etiopía, Ghana, Rwanda, Kenia, Tanzania, Costa de Marfil y Uganda, despuntan con crecimientos sólidos, enfocados en potenciar sectores como el petróleo, el turismo, la minería, la agricultura, la industria manufacturera y los servicios.

La promoción de los mercados africanos como destinos atractivos para la inversión internacional, el posicionamiento de ciudades africanas como centros emergentes en tecnología, el rol de la diplomacia activa mediante la participación de los estados africanos como mediadores de conflictos internacionales, en escenarios como las Naciones Unidas y en propuestas de colaboración intercontinental como parte del Sur Global, demuestran que se trata de un continente no solo rico en recursos sino también con capital humano que apuesta por el desarrollo sostenible.

Sin embargo, no deben desestimarse los desafíos a los que se enfrenta África. A pesar de los avances de algunas naciones en ciertos sectores, otras aún permanecen estancadas en lo económico y sacudidas por conflictos armados internos, tensiones políticas y guerras civiles, que en muchas ocasiones terminan en cruentos enfrentamientos donde mueren miles de personas. Muchas naciones aún luchan por reducir los elevados índices de pobreza, condicionada por la desigualdad económica y el escaso acceso a recursos básicos, como la salud o la educación.

Por otro lado, el continente también es altamente vulnerable a los efectos del cambio climático, enfrentándose a largos periodos de sequías o inundaciones y los efectos de la desertificación, que provocan calores extremos y limita el acceso al agua y la posibilidad del desarrollo agrícola en algunas zonas, lo que incide en la escasez de alimentos.

Lo anterior, promueve los elevados índices de migraciones y desplazamientos internos, en muchos casos forzados, no solo hacia otras naciones del continente, sino en ocasiones con destino a Europa, a donde pocos llegan porque perecen en la ruta del Mediterráneo. Por ello, el Día de África no solo celebra la unidad y solidaridad que inspiró a aquellos primeros estados reunidos hace más de 60 años para apoyar el proceso libertario de todo un continente, sino que es un espacio para la reflexión sobre los desafíos contemporáneos a los que se enfrenta, en aras de promover el crecimiento inclusivo y el bienestar de todos los africanos, para mostrar el potencial de sus habitantes.

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